Sobre Nosotros: El Viaje de Fuskee Inspirado por Dora y Lulu

Soy Dora, una de las orgullosas fundadoras de Fuskee, pero mi historia va mucho más allá de estas páginas. Perdida una vez en las sombras del comercio de carne, luché con uñas y dientes por sobrevivir. Fue un viaje marcado por el miedo, la soledad y dificultades inimaginables.

No solo luché contra los horrores del comercio de carne, sino que también enfrenté el mortal abrazo del virus del moquillo canino. A pesar de las probabilidades en mi contra, salí adelante como una sobreviviente, un testamento de la fuerza interior.

Pero el destino tenía otros planes para mí. Gracias a la bondad de extraños, encontré mi camino hacia el abrazo amoroso de una familia que vio más allá de mis cicatrices y entró en mi alma. Con su amor y cuidado, florecí en la vibrante y llena de energía compañera que ves hoy.

Soy Lulu, la otra orgullosa fundadora de Fuskee. Soy una Golden Retriever con un corazón tan grande como mi raza, a pesar de ser un poco más pequeña que la media. Mi viaje comenzó en lo más profundo de la negligencia, abandonada por un dueño anterior que no pudo ver la luz en mí. Desnutrida y débil, me encontré en las manos cuidadosas de una clínica veterinaria, donde el destino intervino a mi favor.

Rescatada del borde de la desesperación, fui recibida en una nueva familia, una familia que no vio mi tamaño ni mi pasado, sino el amor y la alegría sin límites que tenía para ofrecer. Con su cuidado y cariño, me transformé de una sombra de mi antiguo yo en la compañera vibrante y saludable que ves hoy, junto con Dora y mis dos dueños humanos, los fundadores de Fuskee.

Nuestros pasados muestran la resiliencia del espíritu y el poder de la transformación del amor. Alimentan nuestra dedicación para hacer una diferencia. Por eso existe Fuskee: para difundir calidez, amabilidad y compasión en todo el mundo, reflejando el amor que nos rescató a través de los juguetes y productos para mascotas que ofrecemos.